lunes, octubre 22, 2007

Sentimientos Enterrados IV

Me habían insultado, agredido, humillado y utilizado durante todo este tiempo de esclavitud, pero aquella única frase fue mas dura que cualquier latigazo padecido; el dolor que me produjeron sus palabras se quemó bajo mi piel con más fuerza que el calor abrasador de las cadenas al sol.

Mi razón y mi humanidad, mi mente y mi corazón se fundieron en un único sentimiento: la ira de la vergüenza. Segundos después los ojos de aquella mujer sin nombre se hundieron en una oscuridad de la que jamás volverían a resurgir. El odio y la vergüenza, la ira y la deshonra ardían en mis venas con fuerza incontenible.

Cuando la revuelta estaba a punto de fracasar, conseguí huir de la ciudad y escapar de la tierra de Roma pagando a los piratas con mercancía robada. Regresé a mi tierra, donde llegaron las noticias de la derrota de la primera revuelta de esclavos de Sicilia.

Ahora tengo una nueva vida, pero no he sido capaz de contarle a nadie lo que viví en Sicilia. Sin embargo, no puedo evitar el olor de la muerte, el sentimiento de superioridad y amargura, de pasión y deshumanización que otorga robarle la vida a alguien.



En ese momento una lágrima calló en el pergamino. Marco no podía aguantar apenas la respiración. Enrolló de nuevo el texto y lo enterró bajo la arena de aquel mercado en el que comenzó el principio de su esclavitud, una esclavitud que no solo vivió sólo atado a sus cadenas, sino que le hizo morir como ser humano. No cuando fue usado como objeto en un mercado romano, ni cuando trabjaó sin descanso bajo el sol o la lluvia, no cuando fue golpeado con impunidad, si no cuando decidió ser esclavo de la ira y el odio, cuando cambió las cadenas del trabajo por las ataduras de la venganza.

Marco se giró cuando los primeros mercaderes llegaban al mercado, cuando los ronquidos del guardia daban paso al tintineo de las cadenas, y abandonó el lugar con la esperanza de dejar atrás, enterradas bajo la arena, las cadenas que más vidas han arrebatado en la historia de la esclavitud: el odio y la venganza del ser humano.