martes, diciembre 05, 2006

CONTRADICCIÓN

Siento que el cuerpo no responde a mi mente, siento que mi mente no responde a mi corazón, siento que mi corazón no me responde a mí, porque mi corazón responde a unos ojos, a una sonrisa, a un alma que no es la mía.

¿Cómo puede alguien besar un sueño? ¿Es posible sentir lo que no es real? No se cómo conseguir rozar lo que no tiene tacto, no puedo ver algo que no existe, por más que mis deseos quieran convertirlo en realidad.

No puedo besar unos labios que no me corresponden, no puedo acariciar un cuerpo que no me desea, no puedo expresar lo que mis labios quieren gritar, pero sí puedo sentir lo que desde el principio supe que no debía sentir.

Mi cuerpo ama un imposible, lucha mi corazón por una utopía, mis besos se desvanecen en el aire y los arrastra el tiempo hacia el olvido. Supe que no podía sentir, supe que aquello no era para mí, porque no puede un mortal tocar el cielo, igual que no puede tocarse un sueño, una ilusión o un sentimiento.

Y sin embargo, yo puedo tocar la ilusión de ese sueño, puedo recordar su perfume y sentir su tacto, pero con la inconsciente conciencia de que es un sueño, una ilusión creada por mi mente en un mar de confusiones.

Y sin embargo, a pesar de la decepción, esta vez mi mente no parece desgarrada, esta vez parece que mi vista no va a nublarse con dolor derramado. Esta vez, asumo la decepción como un paso más en mi vida, como un escalón más hacia una vida de sueños e ilusiones que espero algún día puedan hacerse realidad.

Quizá te preguntes por qué hago esto, de qué me sirven tantas palabras y tanto empeño por plasmarlas en un papel. Pero por desgracia, la respuesta es tan incierta y contradictoria como nuestra situación. No pretendo conseguir nada con esto, ni siquiera hace falta que lo leas, ni que sepas que todo esto es por ti.

Cuando quiero llorar de rabia pero lo que siento me hace sonreír; cuando quiero gritar que mi corazón puede ser tuyo y tengo que susurrarlo en la soledad de mi habitación; cuando necesito despedirme con un "te quiero" y solo puedo decir "mañana nos vemos", necesito estallar.

Cuando me doy cuenta de que debería dejar de creer que puedo besar un sueño, cuando aprendo a no soñar con lo que no puedo alcanzar, necesito expresar, sea como sea, toda esa pasión contenida, todos esos sentimientos que provocas en mi y que debo contener por tantas razones.

Y sin embargo, te quiero, y no me importa que mis sentimientos tengan que desvanecerse en la locura de la tristeza. Porque tu sonrisa y tu dulzura me imprimen sentimientos de libertad, porque lo que siento por ti me da alas para volar contra el viento, y al fin, todo lo que siento, tanta rabia y decepción, no menguan la fuerza de tu mirada, no apagan el fuego de mi pasión, y mucho menos anulan la magia de lo que siento a tu lado.

Y aquí es donde reside la gran contradicción, esencia y motor de toda mi vida: la gran decepción por querer alcanzar un sueño imposible es contrarrestada por la belleza de lo que me haces sentir.